El invento, con su patente, consiste en un disipador de energía sísmica para una construcción, para aminorar las consecuencias de un terremoto, que se puede instalar en una estructura como una barra diagonal convencional. Sin duda, un invento muy útil dentro de la propiedad industrial.
Actualmente no se conocen inventos de disipación de energía en terremotos que no precisen de una estructura secundaria auxiliar, estructura que aumenta costes y pesos en la construcción.
La Universidad de Granada ha solicitado una patente PCT, en la que se describe un nuevo invento basado en un disipador de energía sísmica, de tipo histerético, con dos tubos dispuestos de forma telescópica y conectados entre sí en al menos un punto de unión. En una pared de uno de los tubos existe una perforación realizada alrededor de un punto de unión.
Entre los distintos inventos tecnológicos conocidos, este invento destaca entre otros inventos porque reduce la complejidad del diseño del disipador y los costes asociados, al ser una solución mucho más simple que las existentes.
Este invento hace pensar qué hubiera pasado si en los terremotos de Chile y Haití, las construcciones que se cayeron hubieran llevado esta innovación.
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